Hacemos un breve recorrido por la tercera edición de la Fiesta de la Historieta Virtual 2.1, organizada por la Biblioteca Popular Cornelio Saavedra de la Ciudad de Buenos Aires.

Mafalda, Clemente, Inodoro Pereyra, Patoruzú y Don Fulgencio, entre otros personajes de la historieta argentina, daban la bienvenida en la plataforma 3D y un ticket virtual habilitaba el ingreso a las charlas con dibujantes, ilustradores, guionistas y humoristas gráficos como Diego Agrimbau, Miguel Rep, Dolores Alcatena y Poly Bernatene. Así se desarrolló, del 5 al 8 de mayo, con entrada gratuita, la tercera edición de la Fiesta de la Historieta Virtual 2.1, organizada por la Biblioteca Popular Cornelio Saavedra de la Ciudad de Buenos Aires.

La programación combinó las charlas con stands editoriales en los que el público podía adquirir libros y objetos vinculados a la historieta. Durante las cuatro jornadas, las actividades contaron con más de 2000 vistas de personas de todo el país, y también de Chile, Estados Unidos, España, México, Venezuela, Colombia y Uruguay. Por el gran interés que generó la propuesta, la feria continuará hasta el domingo 16 de mayo y se podrá acceder a través de este link

Las charlas incluyeron núcleos vinculados a las mujeres en la historieta; a los sellos editoriales argentinos dedicados al género, la divulgación, el manga y el humor gráfico, y también hubo una charla de la Asociación de Dibujantes Argentinos en la que representantes de este colectivo trazaron un panorama del sector en el país.

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En la charla “Mujeres de la historieta” reflexionaron las jóvenes historietistas Dolores Alcatena y Nacha Vollenweider. “En los últimos años hay más visibilización de las mujeres historietistas —reflexionó Vollenweider— hay un movimiento muy fuerte y en ese sentido está bueno visibilizarlo así, pero hay muchas historietistas que están a la par de los colegas hombres y está bueno que esa división no esté, nos podrían aglutinar de otra forma, por temas, por ejemplo”. Alcatena agregó: “Hay una sensación de que no toman muy en serio nuestro trabajo. A veces en eventos no pueden creer que yo dibujo lo que dibujo porque es de terror o fantasía. Una vez me dijeron ‘¿esto lo dibuja tu novio?'. Está muy armado eso de que si sos autora seguramente hacés cosas románticas o de gatitos. Para mí en el laburo no te das cuenta de si lo hizo una mujer o un varón, pero sí hay mucho público que asume ‘esto es más de minita, esto es de chabón’”. 

¿Qué es el manga?, se preguntaron los investigadores Analía Meo y Rodrigo Mesisca en otra de las charlas en la que ahondaron en la historieta japonesa, un producto cultural masivo que tiene orígenes en el siglo XII, con historias de animales antropomórficos que expresaban elementos del contexto político, social y religioso de Japón. “El manga es arte, es literatura, ayuda a la alfabetización y a conocer representaciones de la cultura japonesa”, definió Meo al principio de la charla. Por su parte, Mesisca historizó: “En los 90 en Argentina hubo un boom del animé con Dragon Ball y Los caballeros del zodíaco, pero hasta ahí la gente seguía consumiendo dos productos culturales, no eran consumidos masivamente el manga o el animé. Eso ocurrió a fines de los 90 con la televisión por cable, en los post 2000 con internet y a fines del primer decenio con la utilización de la banda ancha”. 

En esa línea, Mesisca explicó que tanto el manga como el animé siguen patrones culturales de Japón y abordan problemáticas propias de ese país y que a pesar de las diferencias culturales son dos géneros muy consumidos en el país. “El consumo masivo de manga y animé en Argentina nos lo explican el anhelo y la empatía. Los que leen manga o ven animé quieren ser como el protagonista o se sienten identificados, empatizan con el protagonista o con la trama argumental”, explicó. Además, los especialistas recomendaron libros teóricos y de historietas para seguir profundizando en el tema. 

En otra de las charlas, el reconocido humorista gráfico Miguel Repiso, Rep, trazó un panorama de la historieta argentina y se refirió a su lugar en el mapa del humor gráfico argentino actual. “En el humor gráfico hay un espacio para lo alternativo y ese es el lugar en el que me cuelo—explicó Rep— Esta postura es desventajosa si uno quiere ser masivo y popular, llegar a todo el mundo. Yo hace muchos años que me di cuenta que para mí no iba a ser así porque tengo un público que tengo que ir ganando de a poquito, que me cuesta cada lector. De ese lugar no me pienso mover, me da ese disgusto de la no popularidad absoluta, pero me da el gusto de ser libre, de poder ensayar lo que se me canta. Porque lo que te da el éxito es que te aloja y te dicen ‘bueno, te dimos una frazada, nos gusta tu frazada, abriganos para siempre’. Eso no me interesa".

También participaron de las charlas, entre otros, historietistas y dibujantes como Juan Caminador, Cristian Blasco, Paula Andrade, así como investigadores y especialistas como Judith Gociol y José María Gutiérrez, ambos al frente del Centro de Historieta y Humor Gráfico Argentino de la Biblioteca Nacional. Además, la feria reunió sellos como Boina Editorial, Los Aspirantes Ediciones, Quipu, Loco Rabia, Hotel de las Ideas, entre otras editoriales.

La feria, un largo recorrido

La Biblioteca Popular Cornelio Saavedra creó en 2018 la primera sala en bibliotecas populares dedicada exclusivamente a historietas. Desde la biblioteca buscaban captar nuevos públicos y para eso solicitaron y obtuvieron de la CONABIP un subsidio para la refacción de una sala para dictar talleres de historieta y alojar material bibliográfico específico. El objetivo principal del proyecto era —y sigue siendo— divulgar a historietistas argentinos, pero el material con el que cuenta es muy variado e incluye revistas y libros de varios países. Los estantes están repletos de ejemplares de historietas para todos los gustos y edades: libros de humor gráfico, revistas históricas del género como Revista Fierro, mangas, novelas gráficas y clásicos argentinos como El eternauta y Mort Cinder de Héctor Germán Oesterheld. 

La sala de historietas que había sido pensada como una puerta de entrada a la literatura y a las artes plásticas para el público joven, comenzó a tomar cada vez mayor envergadura; y, así, además de talleres de dibujo de historietas y de guión, se comenzaron a realizar exposiciones, conferencias, mesas redondas y presentaciones de publicaciones historietísticas. Ese mismo año, impulsada por el éxito de la propuesta, la biblioteca organizó en sus instalaciones la primera Feria de Historieta, luego hubo una segunda edición en 2019, también presencial. La tercera edición estaba prevista para 2020, pero se suspendió por la pandemia de COVID-19.  

A principios de 2021, luego de una pequeña investigación llevada adelante por Verónica Ríos, una de las organizadoras de la feria, comenzaron a trabajar en la posibilidad de una feria 100% virtual. “Todo era incertidumbre”, cuenta Ríos, pero a fuerza de trabajo de los voluntarios y voluntarias de la biblioteca, y el apoyo financiero de Fundación Williams, lograron crear una plataforma 3D para realizar la feria y contactaron a editoriales y a referentes del mundo de la historieta para armar la programación. "Creamos un espacio nuevo, con una mirada integral y amplia, una vidriera para los historietistas, guionistas e ilustradores argentinos. Tenemos grandes escritores, grandes artistas y las bibliotecas populares desde lo público, desde el barrio, pueden aportar su granito de arena para difundirlos”, amplió Ríos. 

En la misma línea, María del Carmen Bianchi, presidenta de la CONABIP expresó en la charla de apertura de la feria: “Nosotros tenemos una tradición de dibujantes y guionistas impresionante por su calidad artística y por la capacidad de intervenir en los momentos históricos, políticos y sociales. Las bibliotecas populares también despuntan una tradición única porque acompañaron el proceso de inclusión educativa; nacieron para acompañar ese proceso y a quienes no iban a la escuela. En este sentido, el humor gráfico y la historieta están profundamente enlazadas con la vocación de las bibliotecas populares de ser el espacio de llamada, de enamoramiento respecto de la palabra y de la literatura y con la capacidad de intervenir en los momentos histórico políticos”.