En sus historias no hay policías y ladrones en sentido clásico, sus protagonistas son hombres y mujeres comunes que por circunstancias también comunes se convierten en criminales. A cien años de su nacimiento, hacemos un repaso por la obra de la escritora Patricia Highsmith, referente de la novela negra estadounidense.

Patricia Highsmith nació en Texas, Estados Unidos, el 19 de enero de 1921. Empezó a escribir desde muy joven y pronto se consagró como una de las grandes escritoras de novela negra. Con un estilo sencillo y directo, sin florituras, se diferenció de otros escritores del género —como Raymond Chandler o Dashiell Hammett— por su forma de abordar las historias. Con Highsmith, cualquiera puede ser un asesino o una víctima porque los asesinatos y la maldad están en la vida cotidiana. En sus historias no hay policías y ladrones en sentido clásico, sus protagonistas son hombres y mujeres comunes que por circunstancias también comunes se convierten en criminales. 

Pero en realidad, en Highsmith los crímenes son una excusa para abordar los secretos más oscuros de los seres humanos, para ahondar en la psicología de las personas. Con Extraños en un tren, la primera novela que publicó en 1950, dejó sentadas las bases de lo que sería su obra. Es la historia de dos hombres que comparten un viaje en tren; uno quiere matar a su mujer y el otro a su padre y entre ambos planean los asesinatos perfectos.  En esta novela la escritora se mete de lleno en la mente de uno de esos personajes y explora los límites de la racionalidad humana. 

Highsmith también escribió cuentos en los que creó atmósferas de maldad y de terror, con ambientes opresivos y turbios. “Es una escritora que ha creado su propio mundo, un mundo claustrofóbico e irracional, en el cual entramos cada vez con un sentimiento de peligro personal, con la cabeza inclinada para mirar por encima del hombro, incluso con cierta renuencia, pues vamos a experimentar placeres crueles, hasta que, en algún punto, allá por el capítulo tercero, se cierra la frontera detrás de nosotros, y ya no podemos retirarnos, estamos condenados a vivir hasta el fin del relato con uno más de su larga serie de hombres buscados por la policía”, escribió el escritor Grahan Greene en el prólogo del libro de relatos Once.

La saga Ripley

Uno de “sus hombres buscados por la policía” es el famoso Tom Ripley, protagonista de cinco de las novelas de Patricia Highsmith. Es sociópata, inteligente y sin escrúpulos, y recurre a esos “talentos” para llevar una gran vida en Europa; comienza siendo un estafador y se convierte en un asesino en serie. La primera novela de la saga fue publicada en 1955 y la autora la escribió luego de un viaje que hizo por el continente europeo con el dinero ganado con los derechos de la película Extraños en un tren, que compró Alfred Hitchcock. A la novela El talento de Mr Ripley (1955), le siguieron La máscara de Ripley (1970), El amigo americano (1974), Tras los pasos de Ripley (1980) y Ripley en peligro (1990). También fueron llevadas al cine en varias ocasiones, con Alain Delon, Matt Damon, John Malkovich o Dennis Hopper como protagonistas.

“Tom Ripley es mi venganza contra los privilegiados y los hermosos”, dijo alguna vez Highsmith. El escritor austríaco Peter Hanke, en su ensayo Lento en la sombra, definió en la misma línea a toda la obra de la escritora: “Patricia Highsmith escribe desde el punto de vista de los afectados para los afectados: reúne tantas particularidades de sus (mi, nuestras) vidas, como si se tratara de conseguirles (nos) una sólida coartada para seguir viviendo. Muchos de sus héroes, aun cuando hayan asesinado a alguien, salen ilesos”.

En su libro Suspense, la escritora ahondó en la creación de Ripley, su personaje emblemático, y también en la de sus otros personajes: “Los escritores que deseen escribir libros parecidos a los míos tendrán un problema adicional: ¿cómo hacer que el héroe sea querible o, en lo posible, mínimamente apreciado? Por lo general esto resulta tremendamente difícil, aunque pienso que mis héroes son siempre criminales bastante queribles, o al menos no son seres repugnantes. (…) Lo único que sugiero es que al asesino se le atribuya la mayor cantidad posible de cualidades agradables, como por ejemplo: generosidad, bondad para con algunas personas, afición a la pintura, la música o la cocina. Además a veces sucede que estas cualidades, en contraste con sus rasgos homicidas, terminan siendo divertidas”. Justamente, otra de las características de las obras de la escritora es el humor. 

Highsmith es autora de más de treinta títulos, su primer relato lo publicó en la revista Harper’s Bazaar en 1945. Además de Extraños en un tren, la saga Ripley, el libro de relatos Once y su libro Suspense —en el que se explayó sobre su escritura— publicó entre otros, los libros de relatos Pequeños cuentos misóginos, Crímenes bestiales, A merced del viento y La caja negra, y las novelas El precio de la sal y Carol. Entre sus influencias, reconoció al escritor británico Arthur Conan Doyle y al estadounidense Henry James. También destacó a los clásicos de la novela negra norteamericana, un género que la tiene como referente hasta hoy, 70 años después de la publicación de su primera novela y a cien años de su nacimiento.