Stephen King es uno de los escritores más vendidos en todo el mundo desde hace más de cuatro décadas. Es autor de 61 novelas, 8 libros de cuentos y 7 libros de no ficción. Muchas de sus obras fueron llevadas al cine y a la televisión. En su cumpleaños número 74, hacemos un repaso por la vida y la obra de este escritor prolífico que escribe con música a todo volumen sonando de fondo.

Stephen King es mundialmente conocido como el “rey del terror” en un juego con su apellido (que en inglés significa “rey”) y porque es uno de los escritores del género más vendido en todo el mundo desde hace más de cuatro décadas. Es autor de 61 novelas, 8 libros de cuentos y 7 libros de no ficción. Muchas de sus obras fueron llevadas al cine y a la televisión. Carrie, El resplandor, It, Cementerio de animales y Misery son algunos de sus libros más conocidos. En su cumpleaños número 74, hacemos un repaso por la vida y la obra de este escritor prolífico, que escribe con música a todo volumen sonando de fondo. 


Nació en Maine, Estados Unidos, donde transcurren muchas de sus historias

Stephen Edwin King nació el 21 de septiembre de 1947 en Portland, Maine. Allí pasó parte de su infancia, junto a su hermano mayor, David, y a su madre Nellie Ruth. En ese estado, en la ciudad de Bangor, King residió gran parte de su vida, en una casa victoriana en la que escribió una de sus obras más emblemáticas, It

La reja del frente de la casa tiene dos murciélagos negros en la entrada principal. Stephen y su esposa Tabitha la compraron en 1980, cuando King ya era un escritor exitoso. “El salón parecía frío de una manera que tenía poco que ver con la temperatura. El gato no entraría en esa habitación y los niños la evitaron. Mi hijo mayor estaba convencido de que habían fantasmas", escribió Stephen King fiel a su estilo, en la revista de la Sociedad Histórica de Bangor, en 1983 . Desde hace años reside entre otras dos casas, una que tiene en Florida y otra en el condado de Oxford, también en Maine. Pero la casa victoriana de Bangor sigue siendo un punto turístico de la ciudad. Actualmente, King y su esposa tienen el proyecto de convertirla en la sede de una organización sin fines de lucro que funcione como un archivo del escritor y como una residencia de escritores.

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King en la puerta de su casa de Bangor, Maine

Los vínculos de los King con Maine son profundos, no solo porque el escritor siempre comprara en sus negocios o recorriera sus calles y se vinculara con los vecinos como uno más, sino porque desde hace décadas aporta millones de dólares para sostener a todo tipo de instituciones educativas, sanitarias, culturales y medioambientales de Maine. Incluso apoya a negocios locales, como la librería de su amigo Stuart Tinker —a la que iba a comprar antes de convertirse en un escritor exitoso — en la que realizó varias firmas de libros para salvarla de la quiebra. 

King, el devorador de libros

Stephen King lee mucho desde muy chico: “Leí todo desde Nancy Drew hasta Psycho. Mi favorito era The Shrinking Man de Richard Matheson, tenía 8 años cuando lo descubrí. También me encantaban los cómics y mis personajes favoritos eran Plastic Man y su despistado compañero Woozy Winks”.

“Me gusta, sobre todo, el misterio y el suspense. Leo historias de terror y sobrenaturales, pero no tantas como la gente cree”, dijo alguna vez. También contó que no tiene interés en las novelas sobre vínculos o en las historias de amor. “Nunca he leído a Jane Austen. No lo digo ni con orgullo ni con vergüenza (o prejuicio, en este caso). Es solo un hecho", contó. Lee poesía: “Me encantan Anne Sexton, Richard Wilbur, W.B Yeats. Son los poemas narrativos de Stephen Dobyns a los que vuelvo una y otra vez”. 

Entre los libros que considera imprescindibles se encuentran: Matar a un ruiseñor, de Harper Lee; El señor de las moscas, de William Golding; Harry Potter y el prisionero de Azkaban, Harry Potter y la piedra filosofal, Harry Potter y la cámara secreta, de J. K. Rowling; Oliver Twist, de Charles Dickens; Hannibal, de Thomas Harris; Las cenizas de Angela, de Frank McCourt; El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad; Fantasmas, de Peter Straub; En las montañas de la locura, de H.P. Lovecraft; El río de la vida, de Norman Maclean; Mal de altura, de Jon Krakauer; La biblia envenenada, de Barbara Kingsolver; Mientras agonizo, de William Faulkner; Hocus Pocus, de Kurt Vonnegut; Ladrones de cuerpos, de Jack Finney; Un paseo por el bosque, de Bill Bryson; Atando cabos, de E. Annie Proulx y La playa, de Alex Garland.

Sus libros: terror y algo más

Las historias de King, por más terroríficas o fantásticas que sean, tienen puntos de conexión con la realidad, con ciertas problemáticas sociales o con el modo de vida en Estados Unidos. En Carrie, King trata el tema del bullying mucho antes de que esa palabra se usara para hablar de la violencia en las escuelas. En El resplandor aborda la violencia intrafamiliar; en It se expresa con maestría la idiosincrasia estadounidense y en La zona muerta, su libro de 1979, King construyó a una figura similar a la de Donald Trump, el ex presidente de Estados Unidos. “Estaba convencido de que era posible que surgiera un político que estuviera fuera de la corriente principal y que estuviera dispuesto a decir cualquier cosa que captara la atención del pueblo estadounidense", explicó. La zona muerta cuenta la historia de un empresario convertido en un político hambriento de poder. King describió al personaje como alguien que diría "cosas locas que nadie creería, o eso creíamos, hasta que llegó Donald Trump".

Otra de las características de la obra de King es que sus personajes son profundamente humanos. En sus novelas y cuentos logra captar los claroscuros de la naturaleza humana, las alegrías, los miedos, los anhelos más profundos, es por eso que muchas de sus historias resultan tan terroríficas.

King, “el influencer”

El escritor es muy activo en la red social Twitter donde tiene seis millones y medio de seguidores. Allí opina permanentemente sobre sucesos de actualidad, debate sobre política, recomienda series, películas, música y, por supuesto, libros. 

Molly, su perra, es otra de las protagonistas de su cuenta. Es común que King publique fotos de su mascota junto a frases con mucho humor. La perra, una mestiza pequeña de ojos tiernos, siempre es presentada por King como “la cosa del mal”. En una de las publicaciones aparece acostada en su cama y tapada con una frazada, en una actitud de tranquilidad absoluta, pero King escribe: “Molly, también conocida como la Cosa del Mal, contempla un nuevo día de hechos terribles”. En otra publicación, para su cumpleaños número 72, escribió “Para mi cumpleaños, Molly, también conocida como la Cosa del Mal, me dio una camisa nueva. Ella sugirió que me la pusiera hoy. Además, sugirió que podría arrancarme la garganta si no publicaba una foto en Twitter. Debo cumplir sus órdenes” y luego publicó una foto suya con una camisa con la cara de Molly en varios tamaños. 

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Escribir, escribir, escribir

King escribe todos los días del año y no para hasta que alcanza su cuota diaria de 2000 palabras o de seis páginas. Trabaja por la mañana, hasta el mediodía. Escribe en una habitación insonorizada, con AC DC a todo volumen. “Tomo mi pastilla de vitaminas y mi música, me siento en el mismo asiento y los papeles están todos colocados en los mismos lugares… El propósito acumulativo de hacer estas cosas de la misma manera todos los días parece ser una forma de decirle a la mente: pronto vas a estar soñando", contó sobre su rutina de escritura.

El escritor dice que no controla demasiado las ideas para sus libros, que simplemente se le ocurren, y que la clave de su éxito tiene que ver con prestarles atención y darles un espacio para que pudieran crecer. “Generalmente –explica– aparecen de improviso y es como si de pronto naciese algo dentro de mí. Recuerdo que hace un par de años estaba en Francia, yendo a un acto en un 4x4. Había mucho tráfico y todos los vehículos estaban muy cerca unos de otros. Llegamos a un semáforo y apareció un autobús que se detuvo a nuestro lado. Yo observé que en el autobús viajaba un señor que estaba leyendo un diario y que había quedado cerca de mí. De pronto me puse a pensar que estábamos uno al lado del otro, aunque estuviésemos en dos mundos diferentes, y cada uno yendo en una dirección distinta. Me pregunté qué pasaría si en lugar de un hombre fuesen un hombre y una mujer. Y que él le cortase la garganta en el momento en que el autobús arrancase. Me di cuenta de que era una historia que me interesaba contar. No tenía la menor idea de qué manera podía llegar a continuar, pero me resultaba muy atractiva. Es como agarrarte al parachoques de un coche cuando vas en monopatín. Todo es dejarte llevar. Seguramente irás a un lugar completamente inesperado”, contó el escritor que no por nada sigue siendo el rey del terror.