La actriz, directora y guionista conversó con revista BePé sobre los primeros libros que leyó y sobre lo que significa la lectura en su vida. Se confiesa una lectora ecléctica y voraz y cuenta que lee desde muy chica.

Jazmín Stuart acaba de estrenar Cartas a mi ex -una miniserie para Flow producida por el canal UN3 de la Universidad Nacional de Tres de Febrero- en la que fue guionista, directora y también participó como actriz, junto a Sofía Gala, Candela Veterano y un gran elenco. 

Cartas a mi ex es un recorrido por ocho historias de amor. Ocho personajes envían una carta en imagen y sonido, a sus ex parejas. En esta odisea íntima y vertiginosa, se descubren relaciones inconclusas, esperanzadoras, hirientes, reveladoras, tóxicas y desafiantes. Una radiografía del amor en la era de la soledad.

Jazmín es una apasionada por el arte de contar historias, tanto delante como detrás de las cámaras, por eso actúa, escribe y dirige. Desde chica escribía cuentos, poesías e historietas. Luego, egresó de la carrera de Dirección Cinematográfica y estudió teatro con grandes maestros de la escena local.

También la apasionan los libros, leer historias escritas por otros, tal vez desde que, a los seis años, entendió que un libro podía atravesarla emocionalmente. De sus lecturas juveniles y de lo que significa la lectura en su vida dialogó con revista BePé.

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¿Cuándo descubriste el placer de la lectura?
Aprendí a leer muy chiquita. A los seis años recuerdo haber leído mi primer libro entero, Annie de Thomas Meehan. Me acuerdo de este totalmente hipnotizada con el libro, sentada en el pasillo de mi casa de la infancia y de pronto estar llorando sin darme cuenta y, entender por primera vez el poder que podía tener un relato sobre mí a nivel emocional. Darme cuenta de que un libro me podía hacer llorar fue un hallazgo increíble. 

¿Cómo siguieron esas primeras lecturas y qué fue lo último que leíste? 
Después empecé a leer libros para chicos, los de María Elena Walsh, Elsa Bornemann, había varios autores y autoras que me gustaban. Después, en la adolescencia, ya me metí con Borges, con Cortázar, con los clásicos latinoamericanos. De adulta soy muy ecléctica, voy cambiando muchísimo, ya no obligo a leer un libro hasta el final, si me aburre, lo dejo y sé que en algún momento lo puedo retomar. Lo último que leí fue´', de Pedro Mairal. 

¿En qué momentos leés? ¿Tenés rituales de lectura?
Me cuesta mucho encontrar un momento para leer, sobre todo en épocas en las que estoy con mucho trabajo. Pero, en general, me gusta leer a la noche, cuando todo está en silencio. Ese es el momento ideal. 

¿Cuáles son tus libros de cabecera?
No puedo decir cuáles son mis libros de cabecera, lo mismo me pasa con las películas. Son muchas cosas las que me gustan y no puedo armar un top five, nunca podría.

¿Cómo es tu biblioteca ideal?
Me gustaría que en mi biblioteca siempre vayan los libros que siento que me marcaron, que quisiera releer, que quisiera revisitar en el futuro. En este momento es un caos mi biblioteca, pero soy consciente de que tengo que hacer una limpieza justamente para depurarla. 

¿Qué es la lectura para vos?
La lectura para mí es una conexión con el otro, con el autor y, a la vez, es una conexión muy íntima con uno mismo porque se hace a solas, vincula al lector con el papel, con el objeto libro y tiene algo de meditativo. Lo asoció con algo de paz, de introspección y de imaginación activa.